Nota en el diario Clarín

clarin_logoEn septiembre se nos acercó María Paula Bandera para hacernos una entrevista acerca del Proyecto. Después de varias idas y venidas muy amenas, esta es la nota que quedó. Pronto subiremos la entrevista completa.

CULTURA: UNA DISCIPLINA QUE MANIPULA LOS DISCURSOS Y LAS CAMPAÑAS CORPORATIVAS

La “intervención” de la publicidad, una nueva forma de arte callejero

La movida comenzó en Nueva York. Es una forma de recuperar el espacio público.

BURBUJAS. UNA DE LAS PUBLICIDADES INTERVENIDAS CON GLOBOS DE DIALOGO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES.

BURBUJAS. UNA DE LAS PUBLICIDADES INTERVENIDAS CON GLOBOS DE DIALOGO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES. Andres D'Elia

Hace tiempo que el arte se apoderó de la ciudad. Paredes, posters y portones son como un lienzo en blanco para los artistas callejeros, quienes ahora encontraron un nuevo soporte para desplegar su arte: los carteles publicitarios. Jordan Seiler es un artista neoyorquino que a través del sitio web Public Ad Campaign organizó una creativa manifestación para luchar contra la invasión publicitaria en el espacio público. La iniciativa, conocida como New York Street Advertising Take Over (NYSAT), movilizó cerca de 80 personas, que, disfrazadas de empleados municipales, tomaron las calles de Nueva York y colocaron obras de arte de su propia producción sobre cientos de publicidades. Seiler dijo a Clarín “que muy pronto se vendrá la segunda parte”.

“Todos somos conscientes de la manipulación que genera la publicidad. Muchas veces podemos evitar esos mensajes apagando el televisor, pasando de página en una revista o bajando el volumen de la radio, mientras que en el espacio publico no hay opción por eso es necesario detener la coerción que la publicidad ejerce en la calle”, dice Seiler. Para el artista. el blanco principal son los anuncios ilegales, es decir aquellos que no pagan el canon correspondiente a la ciudad, quizás por eso sus obras de arte no tienen como propósito subvertir los mensajes publicitarios, sino “combatir el espacio que ocupan en detrimento de otras formas de expresión como los mensajes políticos y las intervenciones artísticas”. Sus obras se destacan por transformar el sentido de los mensajes publicitarios. Los artistas callejeros están acostumbrados a escapar de la policía, sin embargo, cuando se perjudican los intereses de grandes compañías el asunto se torna más serio. Si bien nunca fue arrestado, Seiler recibió varias citaciones de la Justicia por desplegar su arte en las cabinas telefónicas.

Claro que para luchar contra el avance de las publicidades en el espacio público no hace falta ser artista. Así lo demuestran el “Proyecto Burbuja” y el “Pop Down Project”. Se trata de dos movimientos mundiales, aunque sólo el primero tiene representación en nuestro país. Valentín Muro y Mateo Ferley son los responsables de haber importado la idea. Para participar sólo basta con ingresar al sitio Web (www.) e imprimir las plantillas de lo que ellos llaman “burbujas” -aquellos globitos que se usan en las historietas para insertar diálogos-, después sólo hay que pegarlas en las publicidades. “El Proyecto Burbuja transforma los molestos monólogos corporativos en diálogos abiertos y públicos. Alientan a cualquiera a llenar las burbujas con cualquier expresión, libres de la censura”, reza su manifiesto. Oriundo de Bariloche, Muro cuenta que llegó al proyecto de casualidad, navegando en Internet encontró el sitio de “Bubble Project”, la Web madre del movimiento. “Me interesé tanto que en una noche lo traduje todo al castellano. Apenas terminé se lo envié a Ji Lee – el creador de la idea original- quien se entusiasmó con mi iniciativa de divulgar el proyecto en castellano”. Fue en su ciudad natal que Muro pegó las primeras burbujas y, cuenta, “la respuesta fue prácticamente nula. De hecho, la primera burbuja que llenaron estaba en inglés”. Ferley señala que “en Bariloche, la mayoría de las burbujas eran arrancadas. En Buenos Aires hubo una respuesta más participativa”. Sin embargo, si se comparan las intervenciones en Nueva York o Milán, la participación por estos pagos todavía es muy baja. “Creo que se debe a que la gente tarda en darse cuenta que la burbuja es una herramienta para intervenir la publicidad y responder al bombardeo del mercado”, agrega Ferley.

El “Pop Down Project” hace referencia a otro tipo de publicidad, los “Pop Ups” que aquejan a los cibernautas. En la Web es fácil: un click en la cruz y el aviso desaparece, pero en la calle las cosas se complican. Filipe Vilas Boas, creador de la iniciativa, cuenta que estaba viajando en el metro de París cuando se sintió “abusado por la contaminación visual y mental que generaban los anuncios”.

El funcionamiento es similar al del “Proyecto Burbuja”, con un lema que podría sintetizarse en “hágalo usted mismo”. Para participar, los seguidores del “Pop Down Project” ingresan a la web (http://pop-down.blogspot.com), imprimen las cruces y las pegan “donde quieran, en una publicidad que no les gusta o que los perturba. Sin miedo, ya que están brindando un servicio comunitario”.

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